martes, febrero 20, 2007
Lo ha dicho: Niña Incógnita, a las 12:25 p. m.

Tantos mensajes en mi blog, sólo les puedo agradecer las palabras sinceras de quienes han pasado por aquí para darme ánimo. Parece que este blog no se irá tan pronto al congelador (espero)

Debo decir que por esa experiencia poco grata no dejaré que el temor me venza, verme derrotada sería lo peor que podría hacer. Por supuesto que la percepción cambia, y todavía es muy pronto como para volver al lugar en que me quitaron esa medalla, la verdad, por el momento no tengo ganas de estar ahí otra vez. Gracias a Dios no estoy obligada a transitar por esos lados.... pero estoy bien.

"Estoy bien", eso le dije a una mujer morena y joven, le dije que me sentía bien y que estaba aprovechando el verano... pero ella me dijo que me veía cansada.
Me preguntó a que me dedicaba, le conté. Le dije también que por mi profesión leo mucho, ocupo bastante un escritorio, y que el año pasado, deje mis pocas actividades deportivas, para dedicarme al exámen de grado.

Entramos en una salita con luz y música suave. La masajista me dijo que pensara sólo en cosas alegres o que me dieran paz, nada de problemas.

En mis 24 años, nunca había tomado un masaje. La verdad es que tampoco me había fijado tanto en eso, ni era algo que yo quisiera en extremo. Pero se dio la oportunidad, y dije vamos.

Resultó espectacular, ojalá pudiera transmitir un poco lo bien que me hizo, tenía mi cuello y espalda tensionados, hasta dormí. Qué ganas que aquellos que tienen tantos problemas, aquellos que viven preocupados, que estan cansados y que no pueden detenerse.... pudieran tener un minuto de paz, y de relajación. Es como encajarse de nuevo, y darse ánimo frente al Marzo que se acerca como un gigante de pasos apresurados.

La verdad es que después de ese masaje parece que hay más fuerzas y ánimo para enfrentar lo que venga.

Por mi parte quisiera que el verano no se fuera, he descubierto que me gustan las estaciones más cálidas, no tengo ganas de sentir mis clásicas manos heladas del invierno. Pero vienen muchos desafíos y esos sí que tengo ganas de enfrentar.

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lunes, febrero 05, 2007
Lo ha dicho: Niña Incógnita, a las 10:05 a. m.

Todavía siento que mi garganta está tiritando, me siento frágil, insegura, no quiero salir sola.

Creo que uno no sabe cómo es la vida, hasta que las cosas pasan, es una lástima que echando a perder, se aprenda.

No quiero salir con cartera a la calle, no quiero que me miren, quiero ser aún más anónima.

Estaba caminando por una avenida, me sentía muy mal, el calor me agobiaba, y tenía un fuerte dolor de cabeza. Vi un hombre delgado, pero musculoso, caminaba en sentido contrario al mío, luego seguí caminando y lo volví a ver.... me di cuenta que en algo andaba.... no sabía qué....

De pronto me detuve a tomar un colectivo, había mucha gente.... es ahí cuando siento que alguien me abraza, tomando la cabeza y mi cuello.... me afirma fuerte, y con sus manos sucias arranca mi cadena con una medalla... sin mucho valor económico pero con el clásico valor sentimental.... En esos segundos pensé que quería mi cartera.... o el celular... mis documentos... pero no podía reaccionar.... nada podía hacer.... no podía moverme.

Pero eso no me duele, la medalla no me afecta, para nada.... me duele la violencia... me duele que nadie pueda hacer nada.... me siento muy insegura... será que nunca me había pasado nada asi...

Probablemente quien lea esto, tendrá más de algún conocido que le haya pasado lo mismo que a mí. Yo misma conozco varias historias similares... y la verdad que uno cree que algo puede hacer, o que lo puede olvidar fácil. Pero lo cierto es que siempre es diferente a como uno se lo imagina. Eso de no tener fuerza para defenderme, sentir miedo paralizante, y agradecer por otro lado que no fue peor...

El cuello y el pecho estaba rojo.... me sentía más blanca que de costumbre, sentía que ahora no colgaba una cadena, sino un collar de fuego, me ardía la piel....

Había un par de personas entre 30 a 40 años... comentaban cómo me había quedado el cuello... le pedí a un señor relativamente joven, que me consiguiera un taxi, y muy amable me ayudó.

Sin duda, fueron los 5 segundos más largos de mi vida.... creo que todavía siento esos brazos en mi cuello, y todavía veo esa mano oscura en mi cuello blanco...

Venía en el taxi, pero no podía llorar... no podía desahogarme... y estaba dispuesta a pagar lo que fuera, con tal que me dejara en un lugar seguro, si es que lo hay...

Cuando llegué a mi casa, me duché, me jaboné el cuello, como intentando borrar la angustia.... pero es díficil, de verdad es difícil, porque ahora no sé como puedo protegerme, no sé...

Yo sé que es mi responsabilidad.... que debí haber sacado esa cadena, como siempre lo hago, cuando camino por ciertos lugares... pero fue una tontera.. lo olvidé... pensaba en otras cosas... fue un segundo... hay segundos que cuestan mucho.