Había pasado policía internacional, sin mirar atrás... estaba lista para el embarque, con destino a un país de idioma extraño, pero que yo ya conocía. Aún así no me sentía tan segura. Es que era primera vez que tomaba una decisión tan de prisa y partía con mi amiga de la infancia a unas vacaciones rápidas y no planeadas.
Yo suelo ser muy racional, normalmente medito antes de actuar, y no ando moviéndome a puras corazonadas. Pero en ese viaje decidí arriesgarme y no pensar tanto... en realidad no pensé....
La semana anterior hice click en una de las ofertas de lan, y con eso ya tenía la reserva de los vuelos. Le dije a la Mati que ella organizara la estadía.
Hasta la noche anterior al viaje no teníamos una reserva segura... y debo admitir que no me gusta viajar así... finalmente la Mati reservó en una suerte de hostal juvenil... por lo menos tendríamos donde llegar.
Me bajé de ese avión algo cansada, pero aún más me agobió ese clima húmedo, en exceso, que mi ropa no resistía. Pensé en tomar un taxi, para llegar rápido a ducharme.... pero la Mati no quiso... no quería gastar en taxi... me dijo que camináramos hasta las afueras del aeropuerto y tomáramos un bus que nos llevara a la ciudad... (ella llevaba datos de micros y líneas de metro que le había dado otra amiga).
Arrastraba mi maleta, sintiéndo ese calor asfixiante, tratándo de no sentirme tan extranjera, y procurando caminar segura.
Subimos a la famosa micro, con maleta y todo, mapa en mano que me habían entregado en el aeropuerto, y donde obligué a la mati a llevar otro ejemplar.
El recorrido que había hecho yo desde ese mismo aeropuerto al hotel donde me había quedado antes, con mi familia, tardó algo asi como 35 minutos. En esta ocasión tardamos 3 horas. Esa micro se daba vuelta por los lugares menos turísticos y más inseguros de esa ciudad. Fue ahí cuando me vino el arrepentimiento absoluto... si yo siempre pienso todo... y programo mis cosas...
Miraba calle tras calle, tratando de ubicarme... pero no había caso... estaba perdida... quería sacar el mapa casi a escondidas, para no demostrar mi ignorancia del lugar en el que estaba. Me reflejaba en las ventanas de la micro... con expresión de calor... sin ánimo y ya con hambre.. sólo quería ducharme y dormir.... y me sentía tan, pero tan extranjera, no me identificaba con nada.
Levantaba la vista, la Mati al frente, mirando con aires intelectuales el mapa, y abriéndolo de par en par.... por consiguiente, ya todos los pasajeros se habían dado cuenta que eramos turistas.
Le pregunto... "ya te ubicaste?"
me dice.... "no tengo idea donde estamos"
UUUUUUUUUUUUUUfff y yo que pensaba que ella estaba orientada.... más angustia me vino... era atroz, sentirse perdida en unas calles extrañas, ya era tarde, sentía calor, y no sabía como abrazar mi maleta entre mis piernas, y rogaba no perder mi pasaporte, ni mis documentos....
Hasta que vi la luz, y nos ubicamos, nos bajamos como a 10 cuadras del hostal.
Entramos, y una chica bilingüe hacía las veces de guía turística y recepcionista.
El lugar era bastante juvenil, de paredes rojas y amarillas, en una esquina un pub con mucha onda, sillones simpáticos... claro.. yo pensé que todo el hostal era así... pero no.... la habitación que nos entregaron era insalubre, había que pasar por un baño para entrar... el olor insoportable... creo que no podría detallar lo que sentí ese día en el que sólo quería ducharme. Yo soy siempre la que duerme en cualquier parte, no me hago problema, un saco si lo hay, o un par de frazadas y listo.... claro.. pero ahí me di cuenta que eso siempre que el lugar sea limpio y seguro.
Y ese hostal de limpio y seguro no tenía nada.
Me comuniqué con mi familia en Chile, para avisar que había llegado... no bastaron más palabras para que me recomedarán que buscara un hotel.
Así lo decidí... mire a la Mati y creo que se sentía avegonzada.
Buscamos un hotel... pero esa noche ya era tarde, y no nos podíamos cambiar, así que me tuve que aguantar en ese hostal.... creo que ha sido la noche de más angustia en mi vida, me sentía insegura.... sentía que cualquiera podía entrar a esa habitación... voces de hombres con acento extranjero afuera... notoriamente ebrios... no dormí nada, la habitación era tan pequeña, que me sentía ahogada, tenía sed, pero no podía sacar agua de ninguna parte.
De madrugada estaba en pie, no me duché en ese lugar, por razones obvias, estaba tan insalubre.
Me hice amiga de una chica inglesa, le dije que nos ibamos, le conté del hotel, que por supuesto era de mayor valor. Ella me comentó que no tenía la posibilidad de cambiarse, que tampoco le había gustado el lugar, y lamentablemente tenía que quedarse. Me contó que había estado en el sur de Chile una vez, y que le había encantado. El sur de Chile!! cómo me hubiese gustado estar ahí en ese minuto...
Llegamos al hotel y una señora bonachona atendía... sin que le dijeramos nada... nos vio cara de agobio... nos acomodó una habitación de inmediato. Ahí si me duché, estuve feliz, no era un hotel cinco estrellas, pero al menos era limpio y seguro.
Los días que siguieron fueron de mucho sol.... ocurrió que la Mati no quería gastar en comida, ni en movilización, ni en tours, prefería conocer a pie.... yo cedí porque no podía costear la alimentación de la mati, pero tampoco quería estar a puro mc donalds, asi que caminamos mucho para encontrar lugares relativamente buenos.
A pesar de la desorganización evidente de nosotras, no tuve ninguna discusión con la Mati, en ese viaje, nos reímos, pero conocí la otra cara de ese país, al caminar como una ciudadana más, sin estar protegida por mi familia, ni por el guía turistico, vi la pobreza, la gente pidiendo en las calles, en ocasiones la poca paciencia de algunos en contestar preguntas.
Estuve en los mismos lugares que había conocido con mi familia, pero me parecían países distintos... extrañé mi casa mucho, porque de noche el clima tan húmedo no me dejaba dormir, y el hotel a ratos no tenía aire acondicionado.
Me di cuenta que no soy tan aventurera, y que ya no amo tanto los aeropuertos, me di cuenta que me gusta la organización, y que si voy de turista, de verdad prefiero un paquete turístico donde si pueda descansar y no estresarme tratándo de protegerme.
Me lamento de aquellos que viajan y que tiene que confiar en la publicidad excesivamente engañosa que muestran hostales como en el que yo estuve... lamento que la chica inglesa, a la que nunca pregunté su nombre tuviera que quedarse ahí. Ojalá que ahora esté en su casa bien.
Hoy, asumo plenamente mi responsabilidad, se que fui yo la que se equivocó, la que no pensó bien las cosas, fui yo quien no organizó ese viaje, si bien la Mati es mi amiga de la infancia, ya no pensamos igual, tenemos formas de vivir diferentes, y quizás exagero, pero me gustan los lugares limpios, no puedo transar la higiene y la seguridad de un lugar.
Hoy no tengo ganas de viajar, por lo menos no a ese país, por el momento no quiero volver.... sobre todo si fue ahí donde sentí un collar de fuego...
Yo suelo ser muy racional, normalmente medito antes de actuar, y no ando moviéndome a puras corazonadas. Pero en ese viaje decidí arriesgarme y no pensar tanto... en realidad no pensé....
La semana anterior hice click en una de las ofertas de lan, y con eso ya tenía la reserva de los vuelos. Le dije a la Mati que ella organizara la estadía.
Hasta la noche anterior al viaje no teníamos una reserva segura... y debo admitir que no me gusta viajar así... finalmente la Mati reservó en una suerte de hostal juvenil... por lo menos tendríamos donde llegar.
Me bajé de ese avión algo cansada, pero aún más me agobió ese clima húmedo, en exceso, que mi ropa no resistía. Pensé en tomar un taxi, para llegar rápido a ducharme.... pero la Mati no quiso... no quería gastar en taxi... me dijo que camináramos hasta las afueras del aeropuerto y tomáramos un bus que nos llevara a la ciudad... (ella llevaba datos de micros y líneas de metro que le había dado otra amiga).
Arrastraba mi maleta, sintiéndo ese calor asfixiante, tratándo de no sentirme tan extranjera, y procurando caminar segura.
Subimos a la famosa micro, con maleta y todo, mapa en mano que me habían entregado en el aeropuerto, y donde obligué a la mati a llevar otro ejemplar.
El recorrido que había hecho yo desde ese mismo aeropuerto al hotel donde me había quedado antes, con mi familia, tardó algo asi como 35 minutos. En esta ocasión tardamos 3 horas. Esa micro se daba vuelta por los lugares menos turísticos y más inseguros de esa ciudad. Fue ahí cuando me vino el arrepentimiento absoluto... si yo siempre pienso todo... y programo mis cosas...
Miraba calle tras calle, tratando de ubicarme... pero no había caso... estaba perdida... quería sacar el mapa casi a escondidas, para no demostrar mi ignorancia del lugar en el que estaba. Me reflejaba en las ventanas de la micro... con expresión de calor... sin ánimo y ya con hambre.. sólo quería ducharme y dormir.... y me sentía tan, pero tan extranjera, no me identificaba con nada.
Levantaba la vista, la Mati al frente, mirando con aires intelectuales el mapa, y abriéndolo de par en par.... por consiguiente, ya todos los pasajeros se habían dado cuenta que eramos turistas.
Le pregunto... "ya te ubicaste?"
me dice.... "no tengo idea donde estamos"
UUUUUUUUUUUUUUfff y yo que pensaba que ella estaba orientada.... más angustia me vino... era atroz, sentirse perdida en unas calles extrañas, ya era tarde, sentía calor, y no sabía como abrazar mi maleta entre mis piernas, y rogaba no perder mi pasaporte, ni mis documentos....
Hasta que vi la luz, y nos ubicamos, nos bajamos como a 10 cuadras del hostal.
Entramos, y una chica bilingüe hacía las veces de guía turística y recepcionista.
El lugar era bastante juvenil, de paredes rojas y amarillas, en una esquina un pub con mucha onda, sillones simpáticos... claro.. yo pensé que todo el hostal era así... pero no.... la habitación que nos entregaron era insalubre, había que pasar por un baño para entrar... el olor insoportable... creo que no podría detallar lo que sentí ese día en el que sólo quería ducharme. Yo soy siempre la que duerme en cualquier parte, no me hago problema, un saco si lo hay, o un par de frazadas y listo.... claro.. pero ahí me di cuenta que eso siempre que el lugar sea limpio y seguro.
Y ese hostal de limpio y seguro no tenía nada.
Me comuniqué con mi familia en Chile, para avisar que había llegado... no bastaron más palabras para que me recomedarán que buscara un hotel.
Así lo decidí... mire a la Mati y creo que se sentía avegonzada.
Buscamos un hotel... pero esa noche ya era tarde, y no nos podíamos cambiar, así que me tuve que aguantar en ese hostal.... creo que ha sido la noche de más angustia en mi vida, me sentía insegura.... sentía que cualquiera podía entrar a esa habitación... voces de hombres con acento extranjero afuera... notoriamente ebrios... no dormí nada, la habitación era tan pequeña, que me sentía ahogada, tenía sed, pero no podía sacar agua de ninguna parte.
De madrugada estaba en pie, no me duché en ese lugar, por razones obvias, estaba tan insalubre.
Me hice amiga de una chica inglesa, le dije que nos ibamos, le conté del hotel, que por supuesto era de mayor valor. Ella me comentó que no tenía la posibilidad de cambiarse, que tampoco le había gustado el lugar, y lamentablemente tenía que quedarse. Me contó que había estado en el sur de Chile una vez, y que le había encantado. El sur de Chile!! cómo me hubiese gustado estar ahí en ese minuto...
Llegamos al hotel y una señora bonachona atendía... sin que le dijeramos nada... nos vio cara de agobio... nos acomodó una habitación de inmediato. Ahí si me duché, estuve feliz, no era un hotel cinco estrellas, pero al menos era limpio y seguro.
Los días que siguieron fueron de mucho sol.... ocurrió que la Mati no quería gastar en comida, ni en movilización, ni en tours, prefería conocer a pie.... yo cedí porque no podía costear la alimentación de la mati, pero tampoco quería estar a puro mc donalds, asi que caminamos mucho para encontrar lugares relativamente buenos.
A pesar de la desorganización evidente de nosotras, no tuve ninguna discusión con la Mati, en ese viaje, nos reímos, pero conocí la otra cara de ese país, al caminar como una ciudadana más, sin estar protegida por mi familia, ni por el guía turistico, vi la pobreza, la gente pidiendo en las calles, en ocasiones la poca paciencia de algunos en contestar preguntas.
Estuve en los mismos lugares que había conocido con mi familia, pero me parecían países distintos... extrañé mi casa mucho, porque de noche el clima tan húmedo no me dejaba dormir, y el hotel a ratos no tenía aire acondicionado.
Me di cuenta que no soy tan aventurera, y que ya no amo tanto los aeropuertos, me di cuenta que me gusta la organización, y que si voy de turista, de verdad prefiero un paquete turístico donde si pueda descansar y no estresarme tratándo de protegerme.
Me lamento de aquellos que viajan y que tiene que confiar en la publicidad excesivamente engañosa que muestran hostales como en el que yo estuve... lamento que la chica inglesa, a la que nunca pregunté su nombre tuviera que quedarse ahí. Ojalá que ahora esté en su casa bien.
Hoy, asumo plenamente mi responsabilidad, se que fui yo la que se equivocó, la que no pensó bien las cosas, fui yo quien no organizó ese viaje, si bien la Mati es mi amiga de la infancia, ya no pensamos igual, tenemos formas de vivir diferentes, y quizás exagero, pero me gustan los lugares limpios, no puedo transar la higiene y la seguridad de un lugar.
Hoy no tengo ganas de viajar, por lo menos no a ese país, por el momento no quiero volver.... sobre todo si fue ahí donde sentí un collar de fuego...
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