Debo haber tenido unos 10 años... año 92 quizás.. no recuerdo bien.
Terminamos de comprar con mi mamá, me tomó de la mano, y permiso, salimos del lugar. Es que sea uno del lado que sea, puede salir herido.
Seguramente esa vez estábamos comprando regalos de navidad, igual que hoy, pero a estas alturas soy yo la que más dirige las compras, que mi mamá.
Preferimos ir temprano de shopping, porque en la tarde ese lugar llamado mall colapsa, es im-pre-sio-nan-te no?... y yo que soy media autista pa' esas cosas, no me gusta ese estado de "caminar" y no avanzar, estar pidiendo permiso a cada rato, no encontrar nunca quién atienda, y cuando uno se decide, peoor, una fila eteeeerna de personas en la caja... terminando con la guinda de la torta.... una lolita empaquetadora que se demora años y nunca atina con el color de la cinta...
Dada esas circunstancias, llegamos tempranito, estaba más desocupado, y más disposición, compramos los presentes de compromiso, esos regalos que uno no quiere hacer, pero debe hacer. También los regalines para la family, están casi todos listos, salvo mi santa madre... obvio, ni modo que le comprara el regalo en su presencia.
La estuve interrogando sobre qué le gustaría que le regalara, pero como siempre no le gusta que me complique, yo en mi mente culta pensé en libros.... ella levantó una ceja y se rió... está claro que prefiere otra cosa... quizás una lamparita para su mesita de noche... pero a mi me gustaría algo más personal, es que siempre prefiero hacer regalos que tengan alguna utilidad, que se note preocupación, pero que no sea tan costoso, para no perder la esencia de la navidad ;)
Definitivamente el sentido de la navidad es profundo, pero es imposible desligarse del regalo... y creáme, por más que usted lo intente, no podrá...