Creí que mi infancia era un recuerdo difuso. Pero hoy me trajo una sonrisa a mi rostro.
Ahora vestida de adulta, ejerciendo mi profesión, supe que este principe también creció, y que escribe... algo así como un blog. Me encontré con alguien que de sonrisa amable, me recordó esa historia, y me contó que fue de él.
En un momento de curiosidad ingresé a esa página, y volví a ver el rostro de aquel niño, hoy de adulto. Ya no veo en él, la imagen del principe de antes. Veo simplemente a un joven como yo, lleno de esperanzas, y de vidas tan distintas. La imagen de este niño principe tan nítida a ratos, vuelve a ser difusa. Cierro esa página, con una sonrisa, y sabiendo que ya no soy su princesa.
Etiquetas: amores, Infancia, príncipes...