A veces, me siento ajena, y no es que yo sea una apática social, me encanta ver a mis amigos, a mi gente, conversar y aportar algo, aunque sea mínimo, eso si que me llena más.
Ayer, entregué a una de las secretarias, a Carmencita, una imagen de San Expedito. Fui a una misa, y me regalaron esa imagen, recé un poco, y volví a respirar, me sentí agradecida... al final de la oración dice "propagaré tu nombre a los que tienen fe". Vi que Carmencita está pasando por una depresión, a pesar de su alegría constante, de su risa alegre, en ocasiones conversamos y sus ojos se llenan de lágrimas, y me entristece, porque no sé como ayudarla. Ayer, antes de irme, saqué de mi billetera la imagen, y previamente le pregunté si es católica, se la entregué, y estuvo tan contenta, su cara se volvió alegre, y sus ojos enlagrimados miraban ahora agradecidos, me sentí tan feliz.