Ese año había muerto mi tía, se enfermó de pronto, entró caminando a la clínica y de allí no despertó más. Y yo sentí que Dios se llevaba alguien de forma tan imprevista, y mis manos no estaban llenas aún, yo no había conversado con ella todo lo que tenía que decir. Prácticamente era mi abuela, y pensé que iba a estar cuando me titulara.... pero no fue así.
Antes de esas dos semanas, mi padre se había tomado unos exámenes de sangre, éstos arrojaron un resultado extraño, por lo que fue necesario una biopsia.
Era la segunda vez, que él tenía que pasar por eso. Yo creí que no sería nada grave.
Recuerdo de noche haber visto el resultado de la biopsia, aparecía la palabra "carcinoma". En menos de un mes, figuraba con mi familia en el hospital clínico de la UC.
Estaba rodeada de gente de blanco, con familias preocupadas. Estaba como ausente, mi tía se había ido, y mi papá operado de cáncer de próstata, con un futuro incierto. Era septiembre, pero hacía frío, o quizás yo estaba helada. Me apoyé en una de las paredes, para esperar que mi papá saliera de pabellón, venía dormido en la camilla.
Días antes de su operación, habíamos discutido fuerte, pero ahora yo estaba allá, esperando que todo saliera bien. Luego de verlo entrar a la sala de recuperaciones, bajé a una capilla dentro del mismo hospital. Había una mujer de ojos llorosos rezando. Y en la entrada un libro para encomendar salud para esos enfermos.
No recuerdó qué almorcé ese día, pero los médicos bajaban cual dioses a almorzar también... pero yo no estaba, no podía creer que todo eso estuviese sucediendo. Incluso hoy racionalmente me cuesta comprender.
Siento que la vida es corta, hoy tengo otra percepción del tiempo y de la vida.
Para colmo, en esas fechas tenía una prueba muy importante para la universidad. Y estaba en ese hospital, estudiando a los pies de la cama de mi papá.
Pero el sol salió, y pasó esa tormenta, el cáncer no alcanzó a comprometer nada más, y hoy, "en teoría" está curado. Dicen que el cáncer siempre vuelve en un rango de 10 años, todos los amigos de mi familia, que han pasado por lo mismo, se han vuelto a ver enfrentados al cáncer después pero de forma más violenta y con resultados distintos.
Hoy ese temor existe, está con nosotros, pero qué más se puede hacer, sólo aprovechar el tiempo y rogar a Dios que nos permita tener las manos llenas, para quedar sin deudas.